Dios te salve, Patria Sagrada,
en tu seno hemos nacido y amado;
eres el aire que respiramos,
la tierra que nos sustenta,
la familia que amamos,
la libertad que nos defiende,
la religión que nos consuela.
Tu tienes nuestros hogares queridos,
fértiles campiñas,
ríos majestuosos,
Soberbios volcanes,
apacibles lagos,
cielos de púrpura y oro.
En tus campos ondulan doradas espigas,
en tus talleres vibran los motores,
chisporrotean los yunques,
surgen las bellezas del arte.
Patria, en tu lengua armoniosa
pedimos a la providencia que te ampare,
que abra nuestra alma al resplandor del cielo,
grabe en ella,
dulce afecto al maestro y la escuela
y nos infunda tu santo amor.
Patria, tu historia,
blasón de héroes y mártires,
reseña virtudes y anhelos;
tú reverencias es el Acta que consagró la soberanía nacional
y marcas las senda florida en que la Justicia y la Libertad nos llevan hacia
Dios.
¡ Bandera de la Patria,
símbolo sagrado de El Salvador,
te saludan reverentes las nuevas generaciones!
Para tí,
el sol vivificante de nuestras glorias,
los himnos del patriotismo,
los laureles de los héroes.
Para ti el respeto de los pueblos
y la corona de amor que hoy
ceñimos a tu inmortales sienes.
Autor: Dr. David J. Guzmán
El culto a la Bandera Nacional adquiere los caracteres de una suprema devoción. Ella concreta y expresa simbólicamente todas las luchas libertarias del pueblo salvadoreño. Bajo sus pliegues se han cobijado los ideales de paz, trabajo y progreso de la nacionalidad salvadoreña; y respetándola, amándola y aprendiendo a defenderla, se podrá conducir a la Patria hacia la realización de su gran misión histórica.
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